Ayer, otra vez. Después de ayudar a mi amigo, fui a visitar a la familia de su esposa, en el campo. Ella me invitó y yo dije, que más da. Ya lo tengo comprobado, la gente en el campo es muy agradable, muy amable. De pronto estando allá se me ocurrió que yo debería ser más simpática y más sociable. En fin, otra cosa más en la que debo trabajar.

Estar en la casa implica efectos secundarios: mis niveles de ansiedad aumentan, lo cual se traduce en bostezar continuamente, falta de oxígeno y una enorme necesidad de ingerir grandes cantidades de alimentos. Vamos, porque no soy sincera y digo: estoy comiendo compulsivamente! En vez de estar arreglándolo con palabritas. Y es todo un lío. Si me preocupa engordar, me siento como una adolescente boba que solo piensa en lo exterior, lo material y las apariencias. Si no me preocupo por ello, la consecuencia es una estúpida depresión originada en la forma en que luzco: me siento fea tanto interior como exteriormente. Y entonces, yo que hago? Simple:me repito constantemente: quiero adelgazar por mí, no por lo que digan los demás, para sentirme bien conmigo misma, mientras llevo algún alimento a mi boca.

En pocas palabras: debo buscar algo que hacer, salir de mi casa y alejarme de la nevera. Caminar en la mañana, etc.

Mi última actividad: aprender esperanto. Solicito un tutor. Los interesados favor dejar su curriculum sobre mi bandeja de entrada de mi correo electronico, alojado en yahoo. Requisitos: dos fotos 2x2. Ser rico, apuesto, una mansión a la orilla de la playa y un carro. Y los conocimientos básicos de esperanto. Aunque los primeros requisitos fácilmente podrían abolir este último. Bah, estoy bromeando! Sí que necesito el tutor!