Una de las cosas por la que este país no avanza, es por la llamada “Cultura del Dame”. La gente no quiere trabajar.

Hace un momento se me acerca un niño de edad imprecisa (por el hambre) y me pide un peso. En realidad no es para comer, sino para comprar alguna golosina. Cosa difícil, el peso está tan desvalorizado que creo que ya no hay ningún dulce que cueste un peso.

Es la segunda vez que lo veo.

En días pasados hizo lo mismo y le contesté que no tenía, pero que viniera en la tarde. Mi idea era ponerlo a ganarse lo que está pidiendo, pues necesitamos un canillita, pero no se presentó.

Pues hoy me siguió hasta la oficina. Le dije que le daría cinco pesos, pero que quería que viniera a trabajar vendiendo los periódicos, que ganará la mitad de lo vendido.

El chico quería los cinco pesos, así que los tomó. Le pregunté si quería empezar hoy mismo para hacer la prueba.

Mañana – contestó, haciendo saltar la moneda en la palma de su mano y escurriéndose rápidamente por la puerta.