MALAYERBA... blog errático, por demás
lhda
03:45h
Nueve meses fueron suficientes para darme cuenta de que este, el que creí sería mi año, ha sido mi peor año. Atención todos: acaba de abrir sus puertas el club de los fracasados, aquellos a los que todo le ha estado saliendo mal durante el transcurso del año. Presidenta: Yo, LHDA. Estoy triste y trato de manejarlo con ironía. No me gusta la sensiblería y aunque sea dura conmigo misma, que más da. Es la forma que tengo de manejar mi tristeza. Ayer fue un día horrible. Todo indicaba que el pronóstico del tiempo sorprendentemente había cambiado, no obstante, fue suficiente con salir a la calle a repartir cartas con dos compañeras de escuela, cual de las dos mas ineptas, del tipo de gente que ni lava ni presta la batea. Al llegar a casa, me tiendo sobre la cama de mi mamá a leer una revista, cuando de pronto, entra mi gata. Al voltear, me encuentro con un espectáculo horrible, mi gata convulsionaba, no podía tragar, tenía la boca llena de baba espumosa y una actitud agresiva. De inmediato me dí cuenta: tenía rabia. Me asusté mucho y llamé a mi mamá, dijo que tratara de acorralar a la gata y buscara a alguien. Ella vendría con el inspector de sanidad. Bueno, mando a buscar a un vecino, la gata se subió en la cama donde dormía mi abuela con mi hermana y yo trataba de manejar la situación de modo que no hubiera ningún accidente, además que los otros dos gatos la merodeaban. Llegó el vecino con un señor, muy miedoso, que no pasaba de la puerta. Hizo un comentario que me dio rabia a mí, y le contesté mal. Se iba. Al poco rato me entero de que ese señor muerto de miedo, era el inspector de sanidad! Entra mi mamá con el, me insulta, me manda al cuarto. No veo cuando atrapan a la gata y cercenan su cabeza. Lloré todo el día y fue más mi desesperación cuando oí decir a mi mamá que tal vez habría que sacrificar a los demás gatos. Y a los tres gatitos que hace un mes parió la gata. Luego llamamos a mi papá y el dijo que no era necesario, pero que los mantuviéramos en observación. Me sentí muy culpable. Hace poco más de un mes hubo una campaña de vacunación antirrabia, y no llevé a los gatos, sólo al perro, porque me pareció demasiada dificultad trasladar una gata preñada y dos gatos más dentro de un saco, para vacunarlos. Me dije, a ellos no les dará rabia. Y mira no más. |
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ultima actualizacion: 6/9/05 15:15 Youre not logged in ... Login
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