Así se tituló la columna de Pablo Mackinney en El Nacional el día de ayer. Se basa en una frase usada por García Márquez en uno de sus libros en la que dice: "Muy segura de su belleza ha de estar una mujer para vestirse de verde".

Y aunque el columnista utiliza esto para aludir a una realidad sociopolítica que estamos atravesando, yo no puedo dejar de pensar en la triste y cruel realidad por la que voy a atravesar yo.

Mi profesora más querida, y la que me quiere más, se casa a fines de este mes y me ha pedido que sea dama en su boda. Y el vestido será verde! Me pregunto, de qué color son los zapatos apropiados para un vestido verde? Supongo que también verdes. Como las damas deben llevar unas flores al altar, me imagino desde ya como un gran árbol florido.

Primero porque no quiero ser dama y segundo por el color del vestido, dije que no quería usar vestido, sino un traje sastre, para ver si se desencantaba. Pero entonces todos tendrían que usar uno igual! - me dijo, alarmada. Yo que no sé de estas cosas porque nunca he ido a una boda (oh, ignorancia!), le dije que las demás no tendrían porque hacerlo. Al llegar a casa mi hermana me dijo que probablemente ella no acepte tal cosa. Y bueno, a la espera de esa negativa es que me encuentro.