Si tuviera que evaluar Ensayo Sobre la Ceguera, de Saramago en una escala del 1 al 10, mmm, le daría un 8. Pero claro, yo no soy crítica literaria ni mucho menos. Es una evaluación personal que atiende al hecho de que me hice muchas expectativas respecto al libro y no fueron del todo satisfechas. Creo que a los escritores les hace mal (a veces, que no siempre) tanta publicidad. Digamos que les hace mal frente a mis ojos.

Empiezo de nuevo: un buen libro. Nos muestra la degradación a la que pueden llegar los hombres en condiciones extremas. Mi hermana lo leyó primero, mientras yo leía La Peste, de Camus. Me comentó como se iban quedando ciegas las personas y yo le dije que se parecía a La Peste. Luego me tocó leerlo a mí y comprobé que no tanto, excepto en la forma en que todos fueron contagiándose, pero el sentido del libro es otro (la verdad es que no entendí el sentido de La Peste). Es mostrar las pasiones humanas, la lucha por sobrevivir y como aun dentro de circunstancias tan extremas como esa, sobresale la maldad y el deseo de estar por encima de los demás, así como también que en toda sociedad humana se necesitan líderes. He aquí donde surge otro paralelismo con otra novela que aun no he podido leer, pero de la que ví un análisis en televisión: El señor de las moscas. Un grupo de niños que tras un accidente quedan en una isla y les toca sobrevivir, hacerse de un líder. Está el señor de las moscas, a quien temen, aunque no existen (como temen los ciegos a los soldados, sólo que la presencia de estos es real). Y también como previo a la liberación tanto de los niños como de los ciegos, hay un incendio. El fuego como elemento liberador, diría.

Pero como no he leído El Señor de las Moscas, no se me puede hacer mucho caso.

Pienso que en cierta parte la atención sobre el libro decae, se hace pesado continuar, pero luego de la liberación, las cosas vuelven a ponerse interesantes.

La escena que más me impresionó, y sin embargo no la entendí del todo, es aquella en que la mujer del doctor ve a todos los santos de la iglesia con vendas tapándoles el rostro.

Tras leer el libro lo comenté con unos amigos, concluimos que el final es un poco confuso, pues no sabíamos a ciencia cierta si la mujer quedaba ciega o no. Desde que empecé a leer el libro supe que la mujer quedaría ciega al final, y me molestaba que fuera predecible. Luego resulta que el final no es predecible, sino confuso. Y luego de reflexionar sobre el dichoso final, recordé una frase del narrador en la que decía: "Pero no, no sería ahora cuando quedaría ciega, sino más tarde", o algo así. Y cuando recordé esto, pues de hizo la luz, jeje.

Notas al margen:
1. Me dijeron que es uno de los mejores libros de Saramago, que los demás son indigeribles. Aunque esto no sea cierto, intenté leer sus cuentos, pero no pude continuar.

2. Algo curioso respecto a mi lectura de este libro: nadie que me vio leerlo me lo pidió prestado! Costumbre que tiene la gente, no porque les guste leer, sino para que una crea que les gusta leer o sólo por joder, siempre te piden el libro prestado.

Luego, en una clase, mi profesora de redacción me vio leer y me preguntó: qué lees?
Ensayo sobre la ceguera - le contesté.
Frunció el ceño y dijo: y porqué sobre la ceguera?
Saramago - le dije.
Ah - contestó, como si entendiera.